UNICEF denuncia en su último informe que 28 millones de niños viven en la calle por culpa de conflictos

Los niños no son responsables de las bombas, de la violencia callejera o de las persecuciones políticas. Tampoco lo son de la desertificación o de los bajos salarios que provocan que sus familiares tengan que irse de su país. Sin embargo, los más pequeños son siempre los primeros en verse afectados por la guerra, los conflictos, el cambio climático y la pobreza.

Esa cruel paradoja provoca que muchos de ellos tengan que abandonar sus hogares en busca de algo mejor. Dejar sus casas para vivir en centros de acogida, campos de refugiados o en la misma calle.

En la actualidad, se estima que casi 50 millones de niños han tenido que abandonar forzosamente sus casas. 1 de cada 200 niños. De estos 50 millones,28 han tenido que huir por ser víctimas de conflictos violentos. Una cifra que ha aumentado un alarmante 77% en los últimos cinco años y que hace que1 de cada 8 desplazados sea un niño.

 

 

 

Estos y otros impactantes datos se extraen del último informe de UNICEF que se presentó el martes bajo el título Desarraigados : La crisis creciente de refugiados y niños migrantes.

El informe de UNICEF reúne los datos globales sobre migración y analiza el efecto que tienen en los niños. Además denuncia la precaria situación a la que se ven sometidos estos menores, víctimas de violencia e inseguridad durante sus desplazamientos.

Siria y Afganistán acumulan el 45% de los niños refugiados y tres cuartos del total de niños provienen de solo 10 países. A su vez, se ha incrementado el número de menores que viajan solos. En 2015, más de 100.000 niños pidieron asilo en 78 países, superando en casi tres veces la cifra de 2014.

 

Se estima que alrededor de 50 millones de niños han tenido que abandonar forzosamente sus casas

 

El estudio denuncia que estos menores se enfrentan a una serie de riesgos durante sus viajes, como el ahogamiento durante la travesía por mar, la desnutrición, la deshidratación, el secuestro, la violación o el asesinato. Además, cuando llegan al nuevo país suelen sufrir discriminación y xenofobia.

"Lo que es importante es que estos niños en movimiento son niños. Y deben ser tratados como niños" ,  explicó Ted Chaiban, Director de Programas de UNICEF en Ginebra. "Merecen ser protegidos. Necesitan tener acceso a servicios como la educación".

 

 

El apoyo a los niños desplazados y migrantes "es una responsabilidad compartida, ya que nadie se encuentra al margen de los impactos de las numerosas crisis en el mundo", según UNICEF. Para hacer frente a esta responsabilidad compartida, la organización pide a la comunidad internacional que no detenga a los niños que solicitan la condición de refugiado o migrante y que mantenga unidas a las familias. También exige que se proporcionen servicios de educación y salud y se promuevan medidas que acaben con la xenofobia, discriminación y marginación de los niños en los países de paso.

“Nos gustaría ver algunos compromisos claros y medidas prácticas”, remarcó Justin Forsyth, Director Adjunto de UNICEF, en una rueda de prensa celebrada en Nueva York. “La distribución de la carga de esta crisis no es justa: la mayor parte de la carga recae en los países vecinos de los desplazados o en los países más pobres”.

 

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